Mis amigos y yo amamos acampar, lo preparamos todo para la gran aventura que íbamos a tener.
Desde nuestra infancia nos encantaba estar en el bosque, era algo que nos daba miedo pero también nos generaba esa adrenalina.
Mis amigos Isaac, Adam y Elizabeth querían pasar tres días acampando y disfrutando de la naturaleza pero había unos problemitas.
Ellos no pudieron alquilar una cabaña que esté cerca al gran lago, ya casi todas habían sido alquiladas.
Unos días después nos fuimos al bosque para encontrar nuestra cabaña (que está alejada de las demás), caminamos mucho, pero hay que admitir que estaba en buenas condiciones, todos fuimos apresurados para tener el primer cuarto yo me quedé en la segunda y claro, tenía que compartirla con Isaac.
Puse mis maletas abajo de la cama y salí para sacarme fotos y subirlas a mis redes sociales, no tomo muchos segundos para darme cuenta que no tenía señal por lo que regresé al cuarto.
En la tarde salimos de compras para pasarla bien en la noche, unas cervezas con bocadillos delante de una fogata suena genial.
Después de hacer las compras preparamos todo, decoramos e incluso trajimos una guitarra para cantar algunas canciones.
Entonces, tomamos, bailamos y contamos sucesos paranormales estábamos asustados así que dormimos todos en una sola habitación, me sentía aterrado de dormir cerca de la ventana.
Despertamos adoloridos, nuestras espaldas estaban marcadas por rasguños profundos no recordamos nada después de la fogata, lo mejor era ignorarlo y seguir con lo nuestro.
Elizabeth y Adam decidieron salir para irse al lago mientras que Isaac me dejó solo para hacer sus ejercicios en las mañanas.
En la noche nos adentramos al bosque caminamos hasta llegar a la zona prohibida, había animales peligrosos, aún así ignoramos la advertencia y seguimos el camino de tierra.
Pasaron unas horas que llevamos caminando, Adam y Elizabeth ya tenían algo de miedo que decidieron volverse a la cabaña mientras que seguíamos avanzando para encontrar la casa del árbol donde jugábamos de niños.
Isaac sacó unas linternas porque estaba todo oscuro y además había trampas para osos. En un momento sentimos como si nos seguían mientras nos observaban.
De pronto cayo algo de los arboles, fuimos a averiguar y eran mis amigos muertos ambos tenían la misma expresión e incluso les faltaban algunas partes del cuerpo.
Aterrados corrimos por cualquier parte todo sea para no morir, en ese momento encontré la casa en el árbol y sin pensarlo demasiado subí mientras que veía en la ventana a mí amigo Isaac ser devorado por esa criatura.
La verdad es que esa era mi idea, sacrificar a mis amigos, fingir tener un rasguño y traerlos a la parte fea del bosque para hacer un trato con el ser que vive entre los árboles.

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