La muerte se dirigía hacia su próximo destino, una señora de edad y madre de cuatro niños, a la cual la vida había tratado muy mal, pues ya hace 15 años una de sus hijas había sido abusada y asesinada por un depravado que aún estaba con vida.
Al llegar a su destino entro y ahí se encontraba la señora recostada, al mirar a la muerte le dijo:
-“sé muy bien que ha llegado mi hora, pero antes respóndeme algo ¿Dios existe?”
-La muerte le respondió: ¿Pero qué clase de pregunta es esa?, claro que Dios existe.
-Entonces ¿Me puedes decir porque hace quince años el permitió que mi hija fuera violada y asesinada por un desquiciado? dime tú, ¿acaso no pudiste llevarte a ese maldito en vez de tomar a mi pobre hija quien apenas tenía 9 añitos?
-La muerte respondió:
¿Sabes? Nosotras somos dos hermanas, VIDA es mi hermana mayor y yo MUERTE la más chica, vida es una mujer que en ocasiones puede ser muy resentida, le gusta hacer sufrir a las personas, en cambio yo me considero alguien un poco más amigable y hasta compasiva.
- ¿Cómo puedes decir eso? Dijo Janeth la moribunda, si tu haces sufrir a todos a los que tocas.
-La muerte furiosa respondió: En eso te equivocas, yo me lleve a tu hija para apaciguar su dolor, no tienes idea lo que mucho que estaba sufriendo en ese momento.
- ¿Y porque aún no te has llevado a ese maldito desgraciado que mato a mi hija? Han pasado 15 años ya. (Janeth pregunto furiosa)
- Eso es muy fácil de responder (dijo la muerte), mi hermana no me deja, ese día ella estaba furiosa y quiso encargarse de el personalmente.
Pues si yo me lo hubiera llevado, él no estuviera pagando por lo que hizo, poco tiempo después de llegar a la cárcel fue violado por todos y cada uno de los presos y eso solo fue el principio pues esos 15 largos años también han pasado para él y te aseguro que en cientos de ocasiones me ha pedido que lo mate pero mi hermana vida no me ha dejado, siempre me dice que aún no paga todo el daño que hizo.
-Ahora lo entiendo dijo Janeth con un poco de conformidad en su voz, pero… si tú eres tan bondadosa y apaciguas el dolor ¿porque decidiste dejarme sufriendo en vida? Con el dolor de ya no tener a mi hija en mis brazos y aun peor sabiendo cómo fueron sus últimas horas de vida.
-La muerte le dijo: porque aun te quedaban tres hijos a los que tenías que proteger, y ahora te llevo porque ya tu labor como madre está cumplida.
Janeth se sintió por primera vez en quince años en paz y murió tranquila y con una sonrisa en el rostro pues al final de sus días comprendió uno de los secretos de la vida, todas las cosas pasan por algo, aunque muchas veces en el momento no lo entendamos.
En ocasiones la muerte puede ser maravillosa y la vida un calvario.
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